Capi - Santa Maria Golf Club

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El Mago de Santa María

Había una vez, en una noche estrellada y con bastante viento, una ocasión muy especial: la duodécima edición del Club Championship de Santa María. El cielo brillaba con miles de estrellas el campo de práctica encendido con luces. En vez de globos y adornos, había competencias, música y comida por todos lados. Grandes y chicos participaban con alegría, demostrando su talento y pasión por el golf. Entre todos los jugadores, destacaba un joven de 13 años que ya tenía un apodo legendario: El Mago. Nadie sabía exactamente por qué lo llamaban así… unos decían que tenía poderes mágicos, otros que simplemente hacía cosas que parecían imposibles con un palo de golf.

El Mago era del área de Santa María, además de golf jugaba fútbol con sus amigos en el Barrio y en muchas ocasiones se llevaba su caña de pescar a los lagos del vencindario.

Esa noche estaba más concentrado que nunca. Participaba en uno de los retos favoritos del público: “Closest to the Pin”, un tiro de precisión desde 88 yardas. Se preparó para lanzar. Primer intento… ¡la bola cayó cerca! Segundo intento… ¡aún más cerca! Y en su tercer intento… ¡PLOP! ¡La bola entró directamente en el hoyo!

TRUE STORY

Las personas que lo vieron se emocionaron y aplaudieron. El Mago corrió hacia el green, levantó la bola con orgullo y sonrió mirando al cielo. Pero entonces, un amigo se le acercó y dijo entre risas: — ¿Y por qué celebras tanto? ¡Fue tu tercer intento! Eso fue suerte, no magia… El Mago le respondió con una sonrisa tranquila: — ¿Ah sí? ¿Quieres ver cómo la meto otra vez? Su amigo no podía parar de reír. — ¡Jajaja! ¡Con este viento! Las probabilidades son casi infinitas. Pero El Mago no se dejó llevar. Cerró los ojos un momento, respiró profundo, y visualizó la bola entrando suavemente en el hoyo, hasta la escuchó caer. Hizo un swing suave, sin presión y confiado… Y entonces… ¡PLOP! ¡La bola volvió a entrar! El silencio duró un segundo… y luego todos estallaron en aplausos y gritos de asombro. Su amigo no lo podía creer.

— ¡Eres un verdadero mago! —le dijo, abrazándolo con una sonrisa. Y desde aquella noche mágica en el Club Championship de Santa María, todos supieron que cuando El Mago juega… ¡la magia también entra al campo!

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